El fraude de la personalidad múltiple

La psicología es, junto a la medicina, la parcela de la ciencia donde más abundan los mitos y la pseudociencia. La situación es tan extrema que todas estas cosas no sólo afectan a los consumidores de psicología, sino a los propios profesionales, que, muchas veces, creen firmemente en ideas que no gozan del más mínimo soporte empírico. Una de esas ideas es la que voy a analizar en estas líneas: la del trastorno de personalidad múltiple, hoy en día disfrazado bajo el nombre de ‘trastorno de identidad disociativo’ (TID).

Lo cierto es que este diagnóstico ha experimentado un gran auge en los últimos tiempos. Es, de hecho, un pseudodiagnóstico que puede estar avalado por los manuales que se emplean para ello, y de ahí la especial gravedad del caso. Incluso los que elaboran el DSM-V y el CIE-10 parecen estar convencidos de que la gente con 3, 6 o 18 yos es muy común, y de que existen casos muy bien descritos. O eso o nos están colando una trola tremenda a fin de contentar a una serie de pseudopsicoterapeutas muy revoltosos y especialmente dañinos: los psicoanalistas. Argumentaré, en lo que sigue, que este último es el caso.

Mucha imaginación, un fraude literario y colársela a la comunidad científica —y no es el título de la última de Narnia.

En la cultura popular el trastorno de personalidad múltiple es todo un tópico. Una persona, normalmente muy joven, sufre un trauma tremendo —abusos sexuales principalmente. Tras esta desgracia su yo se rompe en dos o más personalidades. Estas personalidades no se reconocen entre sí y sirven para proteger a la víctima de los recuerdos de su doloroso pasado, al ser muy dominantes y psicológicamente resistentes. ¿Te suena la película? Te suena porque la has visto y leído mil veces.

La primera referencia que se le viene a uno a la cabeza es la del Dr. Jekill y Mr. Hyde. También tenemos, ya en los 50′, Las tres caras de Eva, y en los 70′ llega el momento decisivo: Sybil. Más contemporáneas tenemos Yo, yo mismo e Irene, El club de la lucha o recientes series de televisión como United States of Tara —en la que la protagonista tiene 8 personalidades que van desde una adolescente hasta un animal, pasando por un excombatiente de la guerra de Vietnan. Pero la realidad del trastorno se remite a estas referencias de la cultura popular; nunca se ha encontrado un caso concluyente, descrito con rigurosidad y sometido a una batería de pruebas fiables que confirme su existencia.

Lo cierto es que el trastorno de personalidad múltiple es un pseudotrastorno ideado por el psicoanálisis, al mismo nivel que el complejo de Edipo o la envidia de pene. No existe en todos los registros históricos ni una sola referencia a la existencia de casos de personalidad múltiple, lo cual es un dato digno de ser tenido en seria cuenta si consideramos lo llamativo del trastorno. Tenemos descripciones antiguas de depresiones, esquizofrenias, tuberculosis, incluso de otitis… pero no de una persona que de repente haya desarrollado cuatro personalidades diferentes. Es más, se trata de un trastorno que sólo se ha ‘presentado’ —por decir algo— en la cultura occidental, especialmente en los lugares donde más predomina el psicoanálisis; y, encima, sólo es diagnosticado por psicoanalistas y nunca por gente seria.

Los primeros casos que construyeron los psicoanalistas fueron interpretaciones fantasiosas —como todo el psicoanálisis— de pacientes como Anna O y varios propios de Freud. La idea psicoanalista consiste en que cuando se sufre un trauma el Yo puede disociarse a modo de mecanismo de defensa, reprimiendo el recuerdo y construyendo otra personalidad capaz de lidiar con él. Esta idea tan imaginativa, sin embargo, no salió de los círculos propios de esta pseudociencia y mantuvo una tasa de pseudodiagnósticos muy baja hasta que llegó el afamado caso de Sybil y lo cambió todo.

Sybil fue una paciente de Cornelia Wilbur, una psicoanalista norteamericana —porque, pese a tener el título de psiquiatra, Cornelia era una psicoanalista fanática. Esta señora ya había mostrado su escasa capacidad de razonamiento y su nula calidad como investigadora con la publicación de un libro sobre la homosexualidad lleno de datos inventados e ideas delirantes, en el que explicaba esta tendencia sexual como un complejo de Edipo mal resuelto —es decir, los gays eran gays porque padecían un trastorno que consistía en tener un padre dictatorial y en querer follarse a sus madres toda la vida y no sólo cuando eran niños pequeños, que es lo normal. Cornelia afirmó tener una paciente, cuyo nombre real era Shirley Manson, que había sufrido abusos sexuales de forma reiterada y que tenía nada más y nada menos que decenas de personalidades. Escribió un libro, se hizo una película, la personalidad múltiple se puso de moda y la tasa de diagnósticos se incrementó de forma exponencial.

No parece una mala forma de describir un trastorno, ¿verdad? Se describe un buen caso, se toma consciencia, se afina el diagnóstico y todo es una maravilla. ¿Cuál es el problema entonces? Pues que doña Cornelia se lo inventó todo. Bueno, más que inventárselo fue víctima de su propia falta de luces, de sus ganas de confirmar las ideas psicoanalistas en la que creía cual enseñanza bíblica, de una paciente no tan inocente como se pensaba y, por qué no decirlo, de ganarse unos buenos euros que no le vienen mal a nadie —porque es triste ser una magufa e inventarte una enfermedad, pero más triste es robar.

El fraude de Cornelia ha sido ampliamente analizado, y hoy en día sabemos a ciencia cierta que toda la historia no fue más que imaginación y sugestión. Para empezar, la paciente sabía que ella estaba obsesionada con la personalidad múltiple. Shirley, cuyo diagnóstico hasta ese momento era esquizofrenia, desarrolló una fuerte dependencia hacia ella, incluso económica, lo cual la empujaba a contentarla. Un buen día llegó afirmando que no era Shirley, sino Peggy, otra personalidad. Cornelia, que seguro no durmió dos semanas de la emoción, sometió a la paciente a sesiones fuertemente sugestivas de esa mamarrachada llamada hipnosis y le suministró dosis tremendas de pentotal sódico —también llamado ‘suero de la verdad’ aunque de eso tiene poco; además de ser peligroso y una técnica absolutamente reprobable del psicoanálisis, simplemente te deja en duermevela, atontado y fácilmente sugestionable, y Shirley, además, se hizo drogadicta.

La paciente fue desarrollando una cantidad enorme de personalidades que fingía, para el gozo y disfrute de su psicoanalista que se lo creía todo encantada. Hay quien afirma que Cornelia se daba cuenta, dado que Shirley no era una persona estable y sus imposturas eran incongruentes. Era capaz incluso de distorsionar una simple extracción de amígdalas hasta covertirla una terrible escena de abusos sexuales. Incluso algunos psiquiatras la evaluaron y concluyeron que no tenía de ninguna manera el trastorno que le achacaba su psicoanalista —Shirley, que se tomaba todo como un juego, llegó a preguntarle a Herbert Spiegel que quién quería que fuera durante una sesión. Pero Cornelia tenía ya un contrato editorial firmado y necesitaba una historia a cualquier precio. El fraude fue tan radical que, en un arrebato de sensatez pese a que Cornelia le pagaba la renta y le compraba ropa, Shirley le escribió una carta avergonzada diciéndole que se lo había inventado todo y que realmente no tenia muchas personalidades —una versión que mantuvo hasta su reciente muerte. Algo a lo que hizo oídos sordos, afirmando que se trataba de una forma psicoanalítica de negación.

Todo este pasado ridículo y sonrojante fue, poco a poco, saliendo a la luz. Hacia los años 90′ ya era algo evidente que el trastorno de personalidad múltiple era una fantochada, y más con lo que se comenzó a descubrir sobre el caso de Shirley y todas las demandas que comenzaban a interponer los afectados. Y ahí fue cuando sucedió uno de los episodios más vergonzantes de la psicología contemporánea. A fin de contentar a los siempre problemáticos psicoanalistas, los editores del DSM decidieron cambiar el ya quemado nombre del trastorno por el de ‘trastorno de identidad disociativo’ e incluirlo en el manual. Incluirlo pese a no existir un sólo caso serio descrito, saber sobre su origen propio de conspiranoia ufológica y contradecir la evidencia científica disponible.

Un diagnóstico de broma para un trastorno inexistente

Lo primero que hay que aclarar para entender el carácter engañoso de este trastorno es elucidar el significado del término ‘disociación’. El término suele bascular en los textos de psicología entre dos significados muy diferentes, aunque en un principio parezca que únicamente los separa un leve matiz. Por un lado, el significado tradicional, psicoanalítico, en el cual la disociación es un mecanismo de defensa según el cual aquello que resulta inaceptable para el Yo es reprimido. La persona no es capaz de acceder a ese recuerdo, viviendo en un estado de profunda incongruencia. Esta idea psicoanalítica, como casi todo el psicoanálisis, es claramente pseudocientífica. De hecho, la posibilidad de disociar una experiencia de esta forma ha sido ya refutada por la evidencia científica. Los recuerdos reprimidos no existen. Son pura ciencia ficción, y de la dañina.

El otro significado es el habitual en psicología contemporánea. Una disociación en este sentido consiste en un alejamiento del individuo respecto a sus experiencias. Normalmente las disociaciones tienen lugar por causas neurofisiológicas bien estudiadas, aunque algunas veces hace referencia a intentos de no afrontar algo que resulta perturbador —nótese que esto es diferente a la idea psicoanalítica: es diferente huir de tu pasado que reprimirlo. Este sentido del término, científico y con bastante evidencia que lo apoya, es el que se emplea en todos los trastornos disociativos menos en el TID, donde el DSM-V pasa a la acepción psicoanalítica. Sin avisar, sin sentido aparente, y con un salto mortal semántico que supone una sorpresiva sodomía al lenguaje científico. Una argucia retórica realmente escandalosa para un manual diagnóstico que pretende ser serio y que se trata, a fin de cuentas, de una falacia de ambigüedad.

Esto es lo que dicen los otros trastornos disociativos:

1) Amnesia disociativa: Consiste en no recordar eventos traumáticos o estresantes. La amnesia disociativa es perfectamente explicable sin tener que recurrir a la represión psicoanalítica. Se trata del efecto de los glucocorticoides en el hipocampo, que inhiben la potenciación a largo plazo de la memoria episódica. Es más, no termino de entender cómo es posible que sea considerado un trastorno algo que le pasa a todo el mundo y que es parte del funcionamiento normal de la memoria bajo condiciones de estrés agudo.

2) Fuga disociativa: Consiste en periodos de tiempo perdidos. En la existencia de lagunas continuas en el individuo, que puede tomar consciencia de repente en un determinado lugar sin saber ni cómo ni cuándo ha llegado hasta ahí. Evidentemente, no hace falta apelar a la existencia de diversas personalidades para explicar estos episodios. Demencias como el alzheimer causan este tipo de episodios, que pueden ser terroríficos tanto para los afectados como para sus allegados. También traumatismos craneoencefálicos pueden causar fallos graves de memoria, o la acción de sustancias psicotrópicas.

3) Trastorno de despersonalización: Consiste en la experiencia recurrente de vivir la propia vida desde el punto de vista de un observador externo. Estas personas tienen la sensación de vivir en una película o un sueño, aunque se mantienen, hasta cierto punto, funcionales a lo largo del día. El trastorno de despersonalización está íntimamente relacionado con trastornos de ansiedad, depresiones y trastornos bipolares. De hecho, es una experiencia bastante común entre aquellos que han sufrido un ataque de ansiedad.

4) Tastorno disociativo no especificado: Es un término papelera para aquellos casos que combinan los criterios diagnósticos de algunos de los trastornos disociativos anteriores.

Como vemos, estos trastornos están bien estudiados. Estoy dispuesto a discutir si han de ser considerados trastornos por sí mismos o síntomas de otros trastornos, pero el término ‘disociación’ está perfectamente bien delimitado y goza de apoyo empírico.

Ahora analicemos el caso del TID y cómo el DSM-V entra en un juego del trilero semántico incomprensible. Estos son los criterios diagnósticos:

A. Presencia de dos o más identidades o estados de personalidad (cada una con un patrón propio y relativamente persistente de percepción, interacción y concepción del entorno de sí mismo).

Ya he dicho que nunca, en toda la experiencia clínica y experimental de la psicología, se ha descrito un caso como este. Una cosa es tener múltiples personalidades, otra muy diferente fingirlo, y otra aún más diferente que tu psicoanalista interprete tu carácter inestable de este modo. Una cosa es que una persona con esquizofrenia o trastorno bipolar tenga altibajos tremendos en el estado de ánimo y la personalidad, y otra muy diferente que tenga varias diferentes. Que, además, han de actuar de forma autónoma unas de otras, no influenciarse directamente y olvidar todo lo que ha hecho la otra.

B. Al menos dos de estas identidades o estados de personalidad controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo.

Cuando se ha pasado baterías de pruebas rigurosas a posibles afectados de TID se ha visto con bastante facilidad que estas personas fingían. En muchos casos se trataba de mentirosos patológicos, pero en la mayoría de ellos se trataba de sugestiones iatrogénicas. Sugestiones como la llevada a cabo por Cornelia en Shirley. Puede parecer una casualidad que sean siempre los psicoanalistas los que creen haber diagnosticado un caso de estos, pero de casualidad no tiene nada. Son ellos mismos los que se inventan esta interpretación o generan este comportamiento en pacientes altamente sugestionables, abusando de su posición de poder y, muchas veces, cayendo en su propia credulidad —porque, no nos engañemos, si alguien aún se cree el psicoanálisis en el siglo XXI posiblemente crea en Papá Noel y en lo de Ricky Martin y la mermelada. Se genera así una espiral de mutua influencia entre ambos, generando un huracán de insensatez y patadas al código deontológico.

C. Incapacidad para recordar información personal importante, que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario.

Lo dicho: hay más razones para olvidar cosas.

D. El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej. comportamiento automático o caótico por intoxicación alcohólica) o a una enfermedad médica (p. ej., crisis parciales complejas).

¿Qué trastorno? ¿Qué droga te genera personalidad múltiple? ¿Alguien se ha ido de fiesta y ha acabado con cinco personalidades? Joder, yo he tenido borracheras terribles, pero hasta ahí nunca he llegado. Normalmente aterrizo como puedo a mi cama en lugar de acabar creyéndome Chiquito de la Calzada frente a un psicólogo. No sé, a lo mejor es que no voy a los sitios adecuados y me estoy perdiendo cosas. Y, ¿qué enfermedad médica lo hace? ¿Por qué tanta seguridad gratuita en el DSM-V? ¡Está describiendo el argumento de películas y un caso de fraude literario y falso diagnóstico! Hay que recordar que una cosa es que te cambie la personalidad estando bajo los efectos de una sustancia y otra muy diferente que ese no seas tú. Eres tú drogado, o tú enfermo, pero tú.

Algunas palabras finales

Mirad, yo soy de los que defienden y respetan a la psicología. La considero un campo apasionante y una parcela del sistema sanitario absolutamente imprescindible. La respecto tanto que para hablar sobre ella decidí salir de mi casa, la facultad de filosofía, cruzar la avenida Blasco Ibáñez de Valencia y estudiar psicología con psicólogos. Ahí conocí gente increiblemente inteligente, muy comprometida y un campo que nunca ha dejado de fascinarme en todos los sentidos. Pero también me encontré con cosas realmente sorprendentes, que me suelen poner muy difícil defender a la psicología de sus críticos. A cierta falta de rigor intelectual, a la infiltración de pseudociencias y a cierto pasotismo divulgativo se suman algunas barbaridades del DSM-V. Los casos más sangrantes son, sin duda, el TDAH —del que ya hablaré— y el TID. Este último un auténtico escándalo. Cada día que pasa la psicología sanitaria con ese trastorno descrito en su manual diagnóstico es una humillación para un campo que aspira a ser respetable y gozar de estatus científico.

Para terminar, me gustaría indicar cómo no me gustaría que se interpretara este texto. No quisiera que nadie pensara que esto es una crítica a los manuales diagnósticos de la psicología en general. El DSM-V ha ido avanzando por el buen camino, y hoy en día es una herramienta útil y necesaria. El problema son esos casos recalcitrantes. Esas pequeñas victorias del maguferio que no dejan de colarse en los manuales, los colegios y la facultades de psicología, y contra las que hay que luchar incansablemente. Y no hay que luchar por nosotros, ni por la verdad, ni por la ciencia, ni por los que trabajamos por la psicología. Porque, al fin y al cabo, nosotros tenemos lo que nos merecemos. Hay que luchar por los afectados. Esa gente que tiene un problema serio aunque tratable con los medios actuales, pero que inocentemente acaba frente a un psicoanalista sacacuartos o frente a un psicólogo que no merece tal nombre.

 

Por Angelo Fasce

27 comentarios en “El fraude de la personalidad múltiple

  1. Si bien hay magufería en medicina y psicología, me parece que la psicología se presta más, ya que es difícil determinar ciertos casos.

    Te comento un par de ejemplos para conocer tu opinión:

    – Una persona que ha tenido un accidente de tránsito con una motocicleta, aduce que eso le provocó depresión, dejó de trabajar y siente un zumbido permanente en su cabeza. No hubo ningún médico que dijera que quedó algún trastorno físico, pero ¿cómo llegar a la verdad si con eso saca más indemnización en un juicio? Se hicieron pericias psiquiátricas y algunas daban a favor y otras en contra.

    – En el lugar en donde vivo hay un psicólogo al que recurren muchos trabajadores para pedir licencia psiquiátrica e incluso inician acciones judiciales contra las empresas por daños. La mayoría por ansiedad, estado de pánico, depresión, etc. y renueva el certificado periódicamente. ¿Hasta dónde es posible decir si hay fraude?

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    1. Hola Diego,

      Estoy de acuerdo contigo en que la psicología es un filón para la pseudociencia. Y también con que gran parte de ese filón tenga su explicación en que los criterios diagnósticos muchas veces son interpretables. Se suelen mantener en el nivel conductual o en autorregistros. Aunque el conocimiento va avanzando. Por ejemplo, en el caso que me planteas de la depresión, existen biomarcadores bastante fiables para saber si alguien tiene una depresión clínica o no. El problema con los biomarcadores en psicología es que son caros, no los suele incluir la seguridad social, y además hay que investigalos más (¿Qué consideramos un nivel normal de dopamina?).

      El desarrollo de los biomarcadores son está permitiendo también afinar mucho mejor con la descripción de los trastornos. Por ejemplo, estamos viendo que la esquizofrenia muy posiblemente sea un conjunto de trastornos que se parecen en su manifestación conductual. O el trastorno bipolar, que cada vez se acerca más a ciertos tipos de esquizofrenia. La cosa va avanzando, y nos permite descartar también pseudotrastornos que antes se contemplaban y que hoy sabemos que no tienen ni pies ni cabeza.

      Respecto al fraude al seguro… eso es parte de la pillería, y los seguros suelen investigarlo. Como bien dices, para muchos casos de acúfenos no se han desarrollado pruebas diagnósticas más allá del testimonio del paciente. Muchos no sabemos ni por qué suceden. También pasa con los dolores cervicales (esos típicos cuando te dan un golpe por detrás en el coche), que en muchos casos sólo se pueden valorar según lo que te cuente el supuesto afectado. En psicología pasa bastante eso también, pero no te creas que es tan fácil engañar a un psicólogo bien entrenado… tienen herramientas para dejar en evidencia a muchos mentirosos y en general no les cuesta mucho.

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    2. No sé si yo puedo comentar algo, con respecto al comentario sobre el accidentado en motocicleta. Yo le creería. He tenido un accidente de tráfico y aunque aparentemente, ya no queda ningún problema relacionado con él, tengo un zumbido constante en mi cabeza, eso significa, que nunca podré tener un momento de silencio en mi vida, al menos eso es lo que parece. Nadie puede más que yo, y gente como yo, con acufenos sabe cuánto cuesta acostumbrarse, piensas muchas veces en el suicidio, y tal vez esa sea la opción que acabes por tomar. Así que me parece muy mezquina la suposición de que alguien que dice algo así, miente. Un saludo.

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    1. Tampoco así, hombre. Leer a Freud y a sus seguidores puede ser entretenido por los delirios que se gastan para formular sus interpretaciones («El del hombre de las ratas» es una pequeña muestra de esto). Ahora, como cuerpo teórico serio para explicar la conducta humana y como forma de terapia, bueno, ahí si que no.

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  2. Tu falta de conocimiento acerca de la teoría psicoanalítica es evidente, tanto como para llegar a confundirla con la psiquiatría y la psicología dinámica. Es evidente que pretendes desprestigiar algo que no entiendes y la única forma que encuentras para hacerlo es escribir fúricas lineas llenas de errores, lo cual no parece un escrito critico proveniente de un filosofo. Te invito a que te documentes mas al respecto antes de dedicarte simplemente a ofender y desinformar.

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    1. Bueno, iba a comentar algo muy similar pero me ganaste la respuesta.. solo me queda agregar que Freud nunca estableció un solo caso como Trastorno de Personalidad Múltiple, la prueba de ello fue el desarrollo que le dio a la represión, sobre todo en su segunda tópica, y su único comentario al respecto, aparece de manera aislada en 1923, en El yo y el ello..

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  3. Hola, no entendí lo que es el TID. Lo único que escribe el autor una y otra vez, y de una manera muy apasionada, es que el TID es una mentira fingida por los psicoanalistas. Realmente quiero una explicación seria a este transtorno. Mi amiga padece de esta enfermedad, ha tenido traumas, y he notado que cuando sufre un episodio su ritmo cardiaco auementa descontroladamente, su pecho se eleva y se queda en trance y la otra persona aparece. En este caso es 1 nomas y es muy violenta, me ha intentado matar. Cuando regresa tiene amnesia de lo sucedido, y segun la experiencia parece que lo que intentas refutar es la verdad. Necesito ayuda seria para ayudarla por favor. Salu2

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    1. Hola
      No se de que ciudad eres
      El trastorno de identidad disociativo es generado por un trauma que hace que al cerebro le cueste asumir. Consiste en que el cerebro se rompe por dentro y se disocian en varios yo.
      OJO no tiene por qué ser agresivos ya que mi familiar no lo es. No fuma ni bebé y mucho menos toma drogas.
      Su cerebro se quedó atascado en el trauma y a veces le parece que aún está allí.
      Sufren mucho Pero no son asesinos como el cine y la prensa los pone

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      1. Hola Sonia,
        Gracias por tu interés. No soy psicólogo pero por la experiencia puedo afirmar, sin duda, que esta enfermedad existe y para nada es un invento de otros psicólogos. Quizá la persona que redactó el artículo apenas va terminando sus estudios y da esa opinión porque no se le ha presentado un caso clínico de esa magnitud. Llamenle pseudociencia o todo lo que quieran, pero al menos ellos han intentado buscar una solución al problema y no hacen oídos sordos. He buscado sobre este personaje, Freud y su explicación, y me es más convincente, porque los síntomas encajan a la perfección, para nada es esquizofrenia, porque estas personas pueden llevar una vida sana, el problema son los brotes espontáneos de sus fragmentos mentales y la amnesia.

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  4. Buenas tardes Angelo. Lo que tu expresas en este artículo es un descreimiento personal acerca de la teoría psicoanalítica. De todos modos, el conocimiento psicoanalítico y por otra parte también el de la psicología clínica siempre fue ilustrativo, esto significa que se construye en base a la experiencia observacional construida en muchos años y en base a miles de casos. Nada es perfectamente probable, sin embargo, muchos de los conceptos que la psicología y el psicoanálisis nos acercan, nos ayudan a poder obtener una visión más o menos objetiva de algo que es subjetivo (la mente humana). En tanto, no existe otra forma de describir la mente y las enfermedades de la mente como si de un brazo estuviéramos hablando. Incluso la medicina estrictamente científica también tiene conceptos ilustrativos cuando hablamos de microorganismos y de las formas que allí se ven. Te invito a que veas un libro de histología como se ve en los dibujos el interior de una célula y luego vayas a un microscopio real, veras algo completamente diferente, pues para poder entender algo tan complejo como una célula fue necesario imaginar formas más concretas y menos difusas que las reales para poderlo estudiar.- algo así sucede con la mente humana, que en términos físicos no existe, pero sabemos que está allí.

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  5. Terminé de leer tu artículo porque los buenos escritores me seducen pese a que no siempre, como en tu caso, se provean de los argumentos necesarios para rebatir un sistema de conocimiento que simplemente, les parece incómodo. Tal vez en el mundo hay más delirios que buenos escritores, pero ninguna disciplina, salvo el psicoanálisis, me ha sabido decir algo relevante sobre los unos y los otros… mejor, en ninguna otra parte, fuera de los terriorios de Freud y Lacan, oí hablar de la verdadera dimensión que tiene la impronta humana: el lenguaje. Lo del pene es apenas una gran metáfora, y como buen escritor, deberias haberlo entendido.

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  6. No te saludaré, esto sería demasiado respeto por mi parte. Un ser como tú, no merece ni siquiera este comentario
    Verás, Hamijo. La influencia del psicoanalisis en las corrientes actuales de la psicología es evidente. Es tan evidente que incluso la memoria y sobre todo la sintomatología disociativa bebe de forma directa de esta corriente mágica aunque muerta por su adherencia excesiva al propio contexto en el que fue creada (la sociedad vienesa, caracterizada por su rigidez moral, búscate un buen libro sobre ello) Si algo queda claro en cualquier manual diagnóstico es que lo que más se reconoce al psicoanalisis es la importancia del mismo se relega al cuadro disociativo, del cual has realizado un copia-pega más arriba. Como tú espero bien sepas, el trastorno de estrés postraumatico puede presentarse con sintomatologia disociativa, que está presente en todo el trastorno y la psicótica. El trastorno disociativo de la personalidad es sin duda una extensión de un TEP con sintomatología disociativa, que suele estar en mayor o menor medida en gran cantidad de casos del TEP, si no en todos. Bien, una vez aclarado que obviamente el psicoanalisis tiene una influencia en el propio criterio definitorio del diagnóstico, del propio diagnóstico del TEP.

    Dicho esto, y yendo por partes. Tu argumento de que el hecho de que ninguna droga pueda generar el TID es una bazofia absurda y ridícula, la disociación se genera por un pepinazo de estrés causado en un momento del tiempo que no puede ser procesado por la persona, es un problema de ordenación de la información cognitiva, y por tanto, de la misma manera que no se puede modificar la triada de beck con fármacos tampoco se puede modificar la estructura cognoscitiva del sujeto.

    Los argumentos determinan el grado de conocimiento del orador y el tuyo es poco, como podemos observar.

    Continuamos por el mundo de tu cerebro moribundo: “cuando se ha pasado baterías de pruebas rigurosas a posibles afectados de TID se ha visto con bastante facilidad que estas personas fingían”. ¿Ni una puta referencia? El científico. ¿Saben ustedes porque no usa ninguna referencia? Porque no la tiene, miren el manual de casos de DSM por ejemplo o algún libro que desde la Cognitivo Conductual trate el problema de la personalidad disociativa y veras amigo ignorante que hay bastantes casos estudiados. Lea un poco sobre neurología y hablaremos de los grados de la conciencia del ser humano. Estudia sobre el sistema on-off del cerebro y entonces me cuentas que tu argumento sobre la incapacidad de las substancias de generar una sintomatología disociativa legitima tu argumento.
    Tu afirmación, amigo retrasado es que los pacientes a quienes se les pasan las pruebas son casos de mentirosos o de sugestiones iatrogénicas (la propia terapia lo genera). Entonces hamijo científico, te diré que expongas un sistema de medición positivista (que se basa en la formulación de la ciencia substantiva weberiana y su reformulación popperiana y que se orienta a una necesidad unívoca de una definición sólida y una manifestación de la adecuación a la misma) para determinar cómo se ha establecido una diferenciación entre la mentira patológica (que por cierto, también se asocia con TEP y que muchas veces tiene de base un problema de rechazo de la propia identidad) y el TID (no estoy hablando del Saab 9.3). Otro concepto es el de iatrogenia, la idea de que la terapia genera el propio problema. Este concepto-crítica al psicoanálisis es un concepto que mola. Mola por una razón Funda Mental (que no gorro). Es un concepto que no puede ser medido sino por una malla de intereses terapéuticos, que son diferentes en función a la terapia. Cuando se trata a un paciente, se trata de eliminar cierta sintomatología, la conductista no modifica el grado de consciencia del sujeto, por tanto nunca generará iatrogenia, cuanto más profundización en el sistema simbólico del individuo más probabilidad habrá, por el hecho de que este se empezará a plantear una serie de cosas que antes no. Llámalo, amigo con la polla pequeña, psicoanálisis o procesamiento de información, pero lo común es un mayor grado de inferencia que en el conductismo.

    Sigamos, colega de una sola neurona (que encima esta reventada por tus fiestas poniendo el culo). Otra de tus aportaciones, es que la propia interpretación de los psicoanalistas lleva a la definición del trastorno. Bueno, tan sencillo como que la definición de identidad y de personalidad es que la propia persona le da grado de realidad (como siempre, el idiota que no tiene ni puta idea se olvida que en ciencias sociales todo nace del concepto, como bien se puede ver en la obra del todopoderoso Kant epistemólogo para las ciencias puras). Por tanto los casos tratados (los más recientes, emplean ese concepto).
    En el texto-insulto a la lengua castellana y al ser humano, has redactado algo como que la sintomatología del TID (vaya cochazo el Saab 9.3) puede ser malinterpretada como la inestabilidad por un trastorno con etiología psicótica (neurológica), con sintomatología psicótica bien, la esquizofrenia tiene alucinaciones auditivas (en tercera persona) y puede poseer otra serie de rasgos que se pueden observar también a la sintomatología psicótica del TEP (que está a la base de TID). Ahora bien, el rasgo que distingue la sintomatología psicótica del TEP de la Esquizofrenia es clara, en el segundo caso hay una desorganización del lenguaje o conducta catatónica más marcada que en el caso del TEP, lo cual lo hace más relevante clínicamente y por tanto más relevante para el diágnostico.
    Y para finalizar, el argumento fuerte, los acontecimientos vividos bajo condiciones de estrés y con una serie de características propias suelen ser más difíciles de recordar. El estrés prolongado a partir de distintos acontecimientos (por ejemplo, un abuso sexual continuado) puede generar estos episodios de amnesia que son reexperimentados en la vida adulta. El estrés genera disociación en términos psicoanalitcos, piénsese por ejemplo en el caso de un episodio de violencia, el agresor a veces ni se acuerda. Y el que rompe tus soplapolleces por una razón: determina que hay una asociación entre memoria y emoción que puede determinar que haya una disociación en la memoria que genere el TID (teoría más aceptada actualmente, son memorias diferentes entre sí, que guardan información distinta). Los depresivos recuerdan mejor el material mnésico que fue memorizado con la misma valencia con la que se encuentran en el momento, y lo mismo para los maníacos, además, la terapia fomenta los recuerdos agradables en los depresivos. ¿Referencia? Efecto de congruencia de la teoría asociativa de Bower.
    El problema de los psicólogos no es la teoría psicológica, el problema es que cualquiera, incluido entidades despreciables como tú, podéis serlo

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  7. Me encantó mucho este artículo, lo encontré buscando cordura, unos minutos antes me topé con un canal en YouTube con una linda anfitriona que explicaba este «trastorno» como si fuera algo científico, daba referencia al manual de salud mental, y se comportaba como si ella misma padeciera dicho mal, le di una ojeada rápida a varios videos de ella y me di cuenta que estaba actuando, fingiendo que padece de personalidad múltiple. Según yo esto no existe más que en el cine. Pero lo peor de todo es que buscando una respuesta sensata, encontré muchos links que apoyan el mito ry con mucho trabajo llegué a este excelente artículo. Agradezco la guía y aclaración de este raro fenómeno mercantilista. A mi también me interesa la psicología como ciencia. Saludos.

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    1. En realidad si existe este trastorno y no es que quieras o no, existe y punto pero se llama identidad disociativa, no personalidades multiples porque no es posible tener más de una personalidad .

      Lo que sí es falso es
      esa parte chica de youtube dice que lo tiene ¿por qué? Porque ella finge y NO tiene ese trastorno (que repito, es real) pero no es como lo pinta la chica de YouTube

      Si la chica que dices tenía un canal llamado «Long Soul System», déjame decirte que ella justo ahora está en problemas legales por fingir un trastorno de Identidad Disociativa (no se llama personalidad múltiple. La personalidad múltiple es lo que tú ves en las películas)

      El que hizo ese artículo en realidad solo parece ser estudiante y parece que en ese momento no conocía la diferencia entre la identidad disociativa y la versión de películas (personalidades multiples)

      Las mejores fuentes para conocer el trastorno son el DSM-5-TR y la clasificación internacional de enfermedades 11

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  8. te comento mi caso, yo creo en el TID por que es lo único que ha logrado explicar una vida de extraños sucesos, de niña crecí en un entorno difícil, recuerdo muchas cosas al pie de la letra pero otra que me hechan en cara no lo recuerdo en lo más mínimo, en internet no necesito mentir ni probar nada, así que estoy 100% sincera, recuerdo que de niña estuve muy asustada por escuchar voces, ver mis muñecas cambiar de lugar, sentir escalofríos al acercarme a lugar para descubrir algo oculto ahí como juguetes o cosas que se perdían en casa, de niña pensaba ir tenía algún tipo de poder, no entendía por que veía las escenas en mi mente pero sabía que no lo había hecho, estaba tan segura de ello, pero no entendía por que podía adivinar dónde estaban las cosas o como eran, veía auras en las personas, verde si es buena, rosa si es mala, azul si no es de confiar, naranja si me da asco, le decía a los oftalmologos creyendo que era problema de visión, escuchaba voces, tuve amigos imaginarios que eran tan reales para mí hasta los 14, sufría lo que llamo el dolor de cabeza de las imágenes, se agolpaban en mi mente como una película, olvidaba días enteros, me golpeaban por cosas que no había hecho, mi padre era violento, a los 8 años ya me quería morir, era una tortura ver a mi padre golpear a mi mamá, pasar sin comer por darle mi comida a ella, dormir con un cuchillo bajo el colchón por miedo a los hombres que entraban, soporte Miles de cosas y de la nada yo era una niña juiciosa, sonriente y normal, cosa contraria a muchos niños con problemas menores, no reconocía personas, no recordaba como había llegado a lugares, tenía migrañas desde los 8 que recuerdo, al morir mi padre no me.imoorto en absoluto, me veía a mi misma cantar, mis compartimientos son tan extraños que no parezco yo, hoy tengo 30 y pase años buscando la causa de cientos de síntomas que no tenían una explicación física, quedó ciega solo oyendo o viendo sin oír, nunca me lo sabían explicar y era una pesadilla, hasta que un terapeuta me explico y hablo de un caso en el que me ví totalmente reflejada, creo en la personalidad múltiple como lo que es, por que realmente parezco personas diferentes, el temperamento, el habla, el comportamiento, pero no es algo como las películas, mi cabeza creo esos personajes como forma de escape y a veces salen a la realidad sin que pueda controlarlo, por mucho que lo intente, mi memoria se va, mi autocontrol se va, hacía cosas que normalmente no haría como si nada, vencía miedos que me eran extremos, lo que creo y entendí es que mi mente género bloqueos para protegerme, género comportamientos y agrupó memorias para ayudarme a sobrellevar las cosas y cuando es estrés y la ansiedad es muy alta me desconecto de la realidad involuntariamente, no pienso en el que dirán, mi forma de ser cambia y parezco otra, aunque soy yo misma solo que en medio de una crisis mensaje al que no me.pe4mite pensar con claridad, no es muy diferente de una persona en un ataque de histeria, pánico o rabia pero si es mucho más complejo de entender, aprendí a lidiar con mi mente identificando los comportamientos, por eso los clasifique en nombres, aunque haya 4 que nacieron en mi niñez, antes de los 7 y eran mis amigos imaginarios, los demás son estados de ánimo, compattpnes de comportamiento tan diferentes que realmente parezco otra, se me hizo más fácil controlar los detonantes de esa forma y aunque obviamente no voy presentándome como X Y Z si voy buscando que hace que me porte así y eliminando las causas hasta lograr la estabilidad, me resulta muy difícil por que muchas veces no soy conciente de lo que hago, pero solo me afecta a mí, mi mejor amiga me ayuda en eso, por ejemplo, a ves solo tengo unas terribles ganas de vomitar y ella me dice, es que lanticaron, es como si mi conciente no se dier avienta pero mi subconciente si, al entender la causa inmediatamente se me va el malestar, a veces tengo hormigueo en las manos y ella me dice, acuérdese que la tocaron y menlas voy a lavar, es como si mi mente me dijera que algo anda mal pero yo no puedo mantenernos línea de recuerdos, a veces se trabajo por inercia, como en automático así que no guardo detalles, si me estreso es peor, pero mi cuerpo me sigue indicando que algo está fuera de lugar aunque mi mente no lo identifique, claro que creo que muchos son muy imaginativos, yo misma tengo vidas paralelas 3n mis sueños, quiero dormir el día entero por que en mis sueños veo bien, puedo correr, puede ir tener familia, puedo tener lo que en la vida real no, esas vidas tiene un protagonista que se ve diferente de mi pero soy yo, eso es a lo que le llaman alters, no entendí rindo del todo por que mi mente funciona así, se que tengo un conjunto de problemas mentales con explicaciones a parte, pero ese conjunto es a lo que llaman personalidad múltiple, por que cada vez se reacciona y se es tan diferente que es difícil catalogarse como 1 sola persona, mejor dicho, soy súper rara, pero sigo siendo 1, aunque con todos los grupos de comportamiento y memorias raros, agradezco que me ayuden a manejar cada síntoma a parte, aunque a veces no funcione y no coincidan, pero fue el único diagnóstico de me ayudó, al principio no lo creía, pero esnjustamente por la concepción tan rara que se tiene del trastorno y por que muchos lo toman a teatro y no voy a negarlo, yo 3ntre en pánico 2 veces exagerando y estaba tan estresada por la situación que solo me porte como una niña y me fui a jugar mentalizandome que era una niña de 6 sin importar que dijeran los demás, solo esas 2 veces fui conciente, otras me las dicen y realmente no lo recuerdo, el poder de la mente es tan increíble que los conductores se duermen al volante y marcan curvas y caminos difíciles, nuestro cerebro controla el cuerpo de forma inconciente y la memoria motora no es un juego, ahora imagina la memoria emosional, ahora con el diagnóstico peleo mucho menos, bueno tal vez suene a tonterías mis peleas, pero yo soy extremista, si miro mal a alguien al rato me siento culpable y me tengo que disculpar, así que para mí decir, no me gusta esto, y ver que mi madre me dice que si es sin favorito sin serlo ya es una pelea, yo soy así de sumisa, ahora mamá entiende que a veces me gustan mucho unas cosas y otras no recuerdo que me gustan y lo niego por mi falta de memoria pero ya no me reprocha eso, tomo las cosas y las nuevo de lugar y lo olvido y peleó con otros por que tuvieron que cogerlas, ahora solo me dicen, tal vez se te olvidó y lo acepto y me siento a tratar de recordar hasta que lo hago, el TID me ayudó a aceptar que mi memoria a veces es inútil y a no sentirme mal por eso, a entender que en situación parecidas puedo reaccionar diferente, solo me digo a mi misma, tal vez no era yo, estaba en tal estado, ya que ese estado sale por estoy vamos a tratar de recordar por que pasó y luego recordaremos que hicimos y así aprendí a aceptarme a mi misma y lo rara que soy, nunca he dado problemas a nadie, realmente depende mucho de mi más que yo de ellos, pero para mí misma yo era la peor carga, hoy mejor paso a paso pero claro, es jodidamente difícil controlar la tristeza, ella es tan fuerte que solo le doy gusto y así canalizo su frustración y se va, ya no se queda días enteros, le doy lo que quiere y se va, a veces solo quiere llorar, otras hablar, otras salir a caminar, ya que yo misma no me aceptaba como triste mi mente la dividió de mi yo, aún no me aceptó débil y triste y me funciona verla a parte pues listo, así será, pero eso no niega que es mi mente, una solita, agrupar todo en un solo diagnóstico no me parece un error, solo no lo sabe entender y otros se aprovechan de el.

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  9. Disiento, desde el primer pseudoargumento mostraste la intención de ridiculizar en lugar de informar. Son falacias basadas en estadísticas, el mapa no es el territorio, aunque tu interpretación no alcance a saberlo.

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    1. Esto solo es un artículo hecho por un estudiante incompetente de psicología

      Ya para 2016, llamarle «personalidades multiples» al trastorno era signo de incompetencia , pero negar su existencia es prueba de que el artículo fue hecho por un estudiante que dio su opinión y sólo puede tener su título por haberlo compradox porque negar la identidad disociativa está para sacarte de la carrera por incompetente

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  10. Me parece que entre tanto insulto al autor (que merece algún respeto sólo por el hecho de ser claro en su rechazo al TID) vale la pena apuntar algunas de las ideas que han llevado a cuestionar la veracidad de este trastorno como tal y bajo esa etiqueta, pues lo que se debate en muchos casos no es si la persona sufre una patología, sino si es correcto hablar de TID cuando pueden ser TEP. Veamos:

    1. Una de las críticas más interesantes realizadas a los teóricos defensores del TID es que la amensia entre alters no se cumple en la memoria semántica, y la misma se crea por el andamiaje de la memoria episódica.
    Traducido al castellano: si la memoria episódica es la que alimenta a la semántica, los mismos conocimientos no pueden estar accesibles a todos los alters, y se han encontrado casos en los que sí lo están.
    ¿Magia? ¿Hay alguna explicación a este fenómeno? Yo tengo mis dudas al respecto, y creo que aprovechando los diferenciales de activación hemisféricos para la verdad y la construcción de la mentira se podría avanzar un pasito para descubrir a posibles impostores.
    2. Es bien sabido que una de las críticas más contundentes contra este trastorno la llevó a cabo Dieter Park, pues él mismo pudo observar vídeos en los que se «hipnotizaba» (jajaja) a personas que sufrirían TID y, bajo ese estado, los fragmentos de la personalidad brotaban como setas silvestres.
    Obviamente, esto suena demasiado al Hijo de Sam, y no es casualidad: si la misma experiencia provoca siempre la aparición del alter (o una palabra, como en el famoso caso de Arthur) bastaría con que la misma fuera mostrada a nivel de la memoria sensorial (con persistencia informativa) para que apareciera ese alter. Es decir, sería relativamente sencillo aplicar estas técnicas experimentales y obtener algún tipo de respuesta (es decir, ver si es cierto o falso).
    Nuevamente es la amnesia nuestra amiga: nos ayudarían a discriminar una situación «real», con un disparador real de otro que no lo es, y al mostrarse la imagen en unos pocos milisengundos la consciencia no actuaría a plenitud, por lo que sería una prueba eficiente.
    3. ¿Y qué pasa con la emoción? Si una persona que sufre TID lo hace bajo un estado de indefensión aprendida, y sabemos que la misma tiene siempre la misma respuesta estereotipada (la parálisis), ¿podríamos provocar la misma para que se produzca la aparición del alter? Si la respuesta es «sí» ya sabemos que tenemos una herramienta para activar/desactivar los estados disociativos, y podemos hacer maravillas con ese marco de análisis.

    Los casos de TEP disociativos nos muestran que la disociación casi siempre (o siempre) lleva aparejados cambios en el arousal, de tal modo que provocar activación provoca igualmente la aparición de los estados disociativos (por ejemplo, infusionando simple adrenalina). Aplicando placebos e infusiones reales de forma aleatorizadas podemos obtener mediciones fiables si comparamos grupos controles, TEP disociativos y TID.
    ¿Por qué nadie se mete en estos follones? En primer lugar, porque la Psicología clínica está cargada de psicoanálisis, y al psicoanálisis no le gusta nada el método científico; de otra, porque llevar a cabo estos experimentos sería algo bestialmente caro, arduo y, probablemente, fácilmente rechazable por los que no vean satisfechas sus expectativas en los resultados.

    A título personal apunto que no creo que exista el TID (sí creo en otros trastornos disociativos), pues no creo que sea posible dibujar diferentes personalidades sobre distintos estados de activación y que los mismos se mantengan vigentes una vez que el estado de activación cambia radicalmente.
    No obstante, para poder decir «sé que no existe» en lugar de «creo que no existe» es necesario pasar por el filtro de la ciencia.

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